Te encantará y seguramente después de conocerla se convertirá en tu nueva adicción.
Pero, ¿qué son las drusas?
La palabra DRUSA se refiere a una superficie de la cavidad de una roca cubierta de diminutos cristales, como los que se encuentran dentro de geodas minerales. En interiorismo han sido muy utilizadas como detalles icónicos para decorar y seguro que has podido verlas alguna vez. Son especialmente bellas pero hasta hace muy poco tiempo no se le había dado importancia en el mundo de la joyería.
Es un material con un encanto especial. La multitud de diminutos cristales reflectantes recuerdan a la nieve o el azúcar. Su brillo es llamativo y a la vez hipnotizador, lo que le confiere una apariencia muy atractiva y chispeante.
En estos últimos años, los minerales drusa se ha ido abriendo paso entre los talladores de piedras preciosas y diseñadores de joyas, lo que ha dado como resultado colecciones armoniosas, modernas y muy interesantes. La joyería ha ganado puntos con la incorporación de estas ‘gemas’ que aportan frescura y color a todo tipo de piezas, lo que las ha convertido en la tendencia de esta temporada.
La drusa más común es de cuarzo, pero existen otros muchos minerales en esta forma con colores vivos como el rosa fuerte del Cobalto-Calcita o la multicolor de la Pirita Arcoíris. La drusa de cuarzo es muy duradera y es por eso que es la más utilizarlas en joyería, pudiéndose teñir de color e incluso cubrirla con titanio para crear acabados iridiscentes.
En cualquier caso, las drusas son más frágiles que un cristal único y compacto de su mismo mineral, no son cristales delicados pero por su textura es importante tratar las piezas con cuidado y tratar de limpiarlas con un cepillo muy suave y algo de jabón neutro.
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